miércoles, 28 de enero de 2009

La Izquierda Abertzale escenifíca la división interna de los presos etarras


Los sectores más ortodoxos de la izquierda abertzale, con ETA a la cabeza, se muestran incapaces de silenciar las serias discrepancias que entre amplios sectores de su militancia han generado las rupturas de las dos últimas treguas y el lastre que para muchos de ellos supone en la actualidad la lucha armada para la causa independentista. Son varias las voces que se han levantado en los últimos meses en ese mundo que piden a la organización terrorista el abandono definitivo de la violencia y la apuesta por las vías políticas, que permitan la configuración de un polo soberanista.
El acto de mayor calado desarrollado en este sentido en los últimos meses fue la comida popular celebrada el pasado mes en la localidad vascofrancesa de Mugerre en favor de los presos disidentes 'Txelis', Pikabea, Urrusolo y Gisasola. Los organizadores, el movimiento de desobediencia civil vascofrancés Demo (Demokrazia Euskal Herriarentzat), reclamaron la libertad de ideas entre los reclusos de ETA y la apertura de un debate interno. Entonces ya se produjo un intento de acallar esta movilización. Los promotores se vieron obligados a posponer la fecha de celebración inicial -el 14 de diciembre-, al adelantárseles en la convocatoria la asociación de familiares de presos Etxerat. Ese día, sin embargo, el Movimiento Pro Amnistía salió a la palestra en Usurbil junto a un centenar de ex etarras con un mensaje ortodoxo para cerrar filas.
Por otro lado, la manifestación que Etxerat sí organizó el pasado día 3 en Bilbao, a la que también se adhirieron los 'demos', incluso con una aportación económica, estaba encabezada por la fotografía de 'Txeroki' el último 'número uno' de ETA detenido, en un gesto que se interpretó como un desafío para eventuales desertores.

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