lunes, 15 de diciembre de 2008

ETA quiere forzar una negociación con atentados

La estrategia de ETA pasa por obligar al Gobierno a una nueva negociación. Los terroristas trataron este asunto en el debate interno que mantuvieron tras el fracaso del anterior proceso de conversaciones y la ruptura del alto el fuego. Las conclusiones, a las que ha tenido acceso LA RAZÓN (y de las que ya publicó una primicia en su edición del pasado 15 de septiembre), son claras al respecto. La banda cree que los atentados terminarán por llevar al Ejecutivo a un nuevo «proceso». Sin embargo, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, fue rotundo el sábado al asegurar que los pistoleros han dejado escapar las tres oportunidades que se les han dado de terminar como el IRA y ahora se enfrentan a un final como el de los GRAPO.

El debate interno, ante la imposibilidad material de celebrar una asamblea por el acoso policial al que están sometidos los terroristas, se desarrolló mediante el envío, por parte de los cabecillas de la banda, de una ponencia base sobre la que los militantes (los que están aún en libertad, los «refugiados» en América y los presos) podían opinar. Se les preguntaba por diversos asuntos, como el fallido proceso de negociación y la estrategia a seguir en el próximo, que ETA da como seguro que se celebrará. También se les pedía que argumentaran sobre la continuidad o no de los atentados.El documento, sobre el que se han publicado numerosas noticias tras la primicia de LA RAZÓN, fue encontrado en un operativo antiterrorista. Fuentes conocedoras de su contenido consultadas por este periódico indican que contiene las conclusiones que los jefes etarras han seleccionado para que sean conocidas por los miembros de la organización criminal.En el debate sobre la negociación, ETA planteaba en su ponencia base, según se deduce de las respuestas dadas, que no se podría anunciar un nuevo alto el fuego hasta que una mesa de partidos políticos alcanzara un acuerdo sobre la autodeterminación y la territorialidad (independencia del País Vasco con la anexión de Navarra).Las aportaciones contenidas en el documento pedían que en este punto se fuera un poco más flexible y se jugara con la tregua con planteamientos más tácticos. «No se debe actuar tan estricto con esa demanda, quién sabe en qué situación o coyuntura política estaremos en una próxima ocasión para poder dar ese paso», decía uno de los escritos. Otro acertaba a explicar esa postura tan férrea en un enfado de la «Organización» (ETA) por lo mal que le había salido el proceso negociador.En una de las aportaciones se puede leer una frase de la referida ponencia que deja a las claras la postura de los pistoleros: «La Organización debe actuar con su principal activo, la posición de fuerza en una dinámica de negociación, ya que será garantía de lo conseguido».«Hemos avanzado mucho en estos años a nivel político y –agrega– lo que tenemos que ver es que todo proceso de negociación es un frente de lucha; que esto es y será como los dientes de sierra, hoy estamos un poco mejor, mañana un poco peor, etcétera, pero así es un proceso negociador y para ello a mí la lucha armada me parece indispensable, totalmente necesaria, adecuándola a cada momento político, como una herramienta política que es. Es decir, que mientras no se dé un acuerdo político entre partidos no hay alto el fuego... no lo tengo muy claro, pues creo que le hemos dejado muy fácil las cosas al Estado».

(LA RAZÓN)

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