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En estos momentos de alegría no debemos de olvidar que 43 ayuntamientos están controlados en el País Vasco y Navarra por el partido ANV, ilegalizado por formar parte del entramado etarra, y que estos mismo ayuntamientos recibirán 31 millones de euros (más de 5.000 millones de las antiguas pesetas) con motivo del plan contra la crisis económica que nos afecta. En algunos de esos ayuntamientos gobiernan en coalición con otros grupos políticos (que por cierto no se les cae la cara de vergüenza) pero en otros gobiernan con mayoría, sin que hasta el momento se haga nada para evitarlo.
A que esperamos para aplicar el artículo 61 de la Ley de Bases del Régimen Local sobre la disolución, mediante Real Decreto de los órganos de las corporaciones locales en el supuesto de gestión gravemente dañosa para los intereses generales y que en su apartado segundo al hablar de lo que se considera gravemente dañosa, dice “Se considerarán, en todo caso, decisiones gravemente dañosas para los intereses generales en los términos previstos en el apartado anterior, los acuerdos o actuaciones de los órganos de las corporaciones locales que den cobertura o apoyo, expreso o tácito, de forma reiterada y grave, al terrorismo o a quienes participen en su ejecución, lo enaltezcan o justifiquen, y los que menosprecien o humillen a las víctimas o a sus familiares” parece a todas luces que un ayuntamiento gobernado por un partido político del entramado etarra como ANV tiene todas las papeletas para ser disuelto. ¿Pero entonces cual es el miedo? ¿A que estamos esperando?
Hay que recordar que de no hacerlo, además de acceder a estos 31 millones de euros, controlarían los presupuestos municipales hasta el 2.011. Con la lucha antiterrorista no podemos jugar a sacar réditos políticos, calculando fechas e índices de voto, no podemos ceder, ni permitir un solo resquicio legal por donde ellos puedan obtener beneficio. Es por ello que debemos expulsarlos de la vida política, porque lo usan para financiarse, debemos de evitar que se sucedan esperpentos como el ocurrido en Azpeitia, donde un sindicato como LAB se niega a condenar el atentado y asistir a cualquier acto por el asesinado y no porque fuese un explotador de los trabajadores, sino porque murió a manos de los “gudaris” criminales de ETA.
Señores políticos hagan su trabajo porque en esta lucha no solo pelean los miembros de las FCSE y los pobres ciudadanos a los que les va tocando sufrir el veneno de la serpiente. Ustedes son los que la tienen que descabezar para que el País Vasco viva en paz.
(Etienne)
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